Bueno, como algunos quizá
recuerden (pero por las dudas se los cuento de nuevo) decidí unirme a la fiebre
futbolística del Mundial de Fútbol de
Rusia 2018 (re largooo) y aprender un poco más de cada país que se enfrenta
con Argentina, hablar de su literatura, de sus autores más fámosos, etc. Hoy el
turno le toca a Croacia.
Croacia fue parte de la República Federal Socialista de Yugoslavia desde 1945, bajo la protección del Partido Comunista de Yugoslavia y la tutela de Tito.
A principios de diciembre
de 1971, temiendo que el partido comunista iba perdiendo el control sobre los
intelectuales y la gran mayoría del pueblo, Tito reintrodujo el sistema
policial que castigaba severamente toda expresión de la opinión libre. Algunos
prestigiosos escritores croatas fueron condenados a varios años de cárcel.
Cuando Tito muere en 1980,
el gobierno federal se desmoronó debido a dificultades políticas, económicas y
étnicas. Toma el poder entonces Slobodan Milosevic, quien años más tarde sería
acusado de llevar a cabo genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa
humanidad en Croacia, Bosnia y Herzegovina y Kosovo.
El 25 de junio de 1990
Croacia proclamó su independencia del Estado Federal. Luego de eso, y por
cuatro años más, se produjeron conflictos bélicos por connotaciones
étnicas.
Ustedes dirán: "Micaela,
¿por qué importa esto?" Bueno, resulta que cuando estaba investigando
sobre la literatura en Croacia, me encontré con que muchos de los grandes
novelistas y cuentistas croatas reflejan estos años en sus obras: de la guerra,
de las consecuencias de ella en cada uno de los que sobreviven, lo que la
guerra dejó tras de sí. Autores como Maja
Hrgovic, Zoran Malkoc y Roman Simic hablan de todo esto en sus
cuentos.
Aunque en la literatura croata aparecieron durante los siglos varias
poetisas, Vesna Parun (1922) fue la
primera que en los años de posguerra gana su fama como poetisa. Cuando en 1947
publicó su libro Zore i vihori (Auroras y torbellinos) (su
mejor creación poética y un milagro de publicación, porque en esos tiempos los
comisarios políticos determinaban qué y cómo había que escribir) la atacaron
como reaccionaria. Su segundo libro importante se llama Crna maslina (Olivo
negro, 1955). Mientras en el primero cantaba los horrores dé la guerra y creía
en el socialismo, en el segundo y los posteriores nos cuenta con sinceridad sus
malogrados amores. Nadie antes con tanta intensidad había expresado el sentir
femenino.
Croacia le dio al mundo tres
ganadores del Premio Nobel: Lavoslav Ruzicka (1939 en química), Vladimir Prelog (1975,
también en química) e Ivo Andrić (1961,
en literatura).
Ivo
Andrić era oriundo de los estratos populares más pobres de la
Bosnia croata. Sintió, desde el comienzo de su vida, todo el peso de la misma. Tuvo que pasar por
trances muy difíciles para ascender socialmente y asegurarse un cierto nivel de
vida. Esta vida de penurias y la lucha por superarla se reflejó en sus
posteriores obras literarias. Las mismas están marcadas por una constante
nostalgia y tristeza como también por un pesimismo bien visible.
Cuando le fue concedido
el Premio Nobel de Literatura en 1961, el comité alabó en
particular "la fuerza épica" con la que describió los destinos
humanos afectados por la historia de su país, sobre todo en su obra Un
puente sobre el Drina.
Algunos
libros croatas para leer:
Café Europa de
Slavenka Drakulic: Café Europa:
la vida después del comunismo es un libro de la escritora croata Slavenka
Drakulic publicado en 1996. Se trata sobre las experiencias de la gente de
Europa del Este luego del retiro del comunismo. Mientras que Drakulic pone mucha
atención a la liberación de los oprimidos, su comentario social también señala
las repercusiones y la falta de progreso desde el final de la dominación
soviética.
Un puente sobre el Drina de Ivo Andrić: La trama de esta novela se desarrolla en la ciudad de Višegrad y
su puente Mehmed Paša Sokolović, sobre
el río Drina.
La historia abarca cerca de cuatro siglos, incluyendo periodos de
dominación otomana y austrohúngara, y describe las relaciones y
existencias de sus habitantes, en particular los musulmanes y ortodoxos de Bosnia y Herzegovina.
No matarían ni una mosca de Slavenka Drakulic:
Con la curiosidad de un
periodista y la sensibilidad de un narrador, nos muestra cómo gente ordinaria
(instruida por libros de historia que exaltan la fe en la jerarquía dentro de
la familia y la nación) es capaz de la mayor ignominia: la falta de piedad.
La radicalidad del amor de Srećko Horvat: ¿Qué ocurriría si pudiéramos pasearnos por la
historia revolucionaria del siglo XX y preguntar a sus principales
protagonistas de Lenin al Che Guevara, de Alexandra Kollontai a Ulrike
Meinhof cuestiones aparentemente naíf sobre el amor? ¿Por
qué los revolucionarios más radicales, como Lenin o el Che Guevara, tenían miedo a la radicalidad del amor? ¿Qué hay de
radical en un concepto aparentemente conservador como el amor? ¿Por qué es cualquier cosa menos conservador?
Volviendo
a la revolución sexual de la Revolución de Octubre y a su subsiguiente
represión, al dilema del Che entre el amor y el compromiso revolucionario y al
periodo del 68 y sus secuelas, el filósofo croata Srecko Horvat abre un camino
al pensamiento que puede ayudarnos a responder a estas preguntas. Srecko Horvat
profundiza en la relación entre el deseo y la transformación desenredando
algunos nudos de la experiencia política contemporánea.
Miren lo lindo que es el autor Srecko Horvat *comentario de babosa*:
Y eso es todo. Investigué un montón sobre Croacia porque tiene una
historia muy rica, sobretodo previo a formar parte de Yugoslavia y durante la
época post Segunda Guerra Mundial. Le tengo muchas ganas al libro La radicalidad del amor (no por el
autor, malpensadossss!) y a Café Europa.
Ya me los anoto para futuras lecturas.
PD: ¿vieron las hermosas fotos de Croacia? Parece un lugar hermoso
para irse a turistear.
Bueno, nos veremos pronto con la entrega de Argentina vs. Nigeria.
¡Suerte Argentina!
No hay comentarios:
Publicar un comentario