Cuando su familia queda empobrecida tras una especulación financiera desastrosa, Agnes Grey decide trabajar como institutriz para contribuir a los escasos ingresos familiares y demostrar su independencia. Pero su entusiasmo se apaga rápidamente al tener que luchar contra los difíciles hijos de los Bloomfield y el doloroso desdén con que la trata la familia Murray. Inspirada directamente en las infelices experiencias de la autora, Agnes Grey describe las temibles presiones a que se sometía a las institutrices en el siglo XIX.
Éste es el primer libro de las hermanas Bronte que leo (perdonen que el apellido no tenga los dos puntitos, es que no sé cómo ponerlos en la notebook). Hace mucho tiempo me leí una versión resumida de Cumbres Borrascosas y me vi la peli, pero debo admitir que odié la historia y probablemente no le vuelva a dar una oportunidad, puesto que los personajes me resultaron desagradables. No sucedió lo mismo con este libro, en un ratito les cuento bien.
En Agnes Grey, los tintes autobiográficos son evidentes. Anne, al igual que sus hermanas hicieron, abandonó durante una temporada su hogar para trabajar como institutriz, que era uno de los trabajos más independientes que podía ejercer una mujer del XIX que se encontraba en su situación: joven, de clase media-baja pero con una excelente educación en materias como música, pintura, literatura, idiomas, etc.
Sin embargo, esta experiencia le pareció horrorosa, especialmente por el tipo de jefes que tuvo: hipócritas, soberbios, inmorales, violentos, etc. Basta con saber esto para entender las experiencias de Agnes Grey, que son un vivo reflejo de las experiencias que tuvo Anne.
Agnes Grey es la hija de un pastor cuya familia, debido a un negocio que les salió mal, cae en la ruina. Viendo que tiene la formación adecuada y con un ferviente deseo de demostrar su capacidad de ser independiente y ayudar a su familia, la ingenua joven decide convertirse en institutriz. Pero lo que se imaginó no se compara con la realidad del trabajo: en vez de tener unos alumnos obedientes y cariñosos a los que inculcar un poco de cultura, se encuentra con unos niños maleducados, violentos, soberbios, mal hablados e incluso, en algunas ocasiones, malvados. No sólo eso, sino que en vez de ser tratada como una joven culta que viene a hacer milagros en los niños, se encuentra siendo completamente ninguneada y siendo objetos de tratos peores aún que los que se dispensaban a las sirvientas.
A lo largo de la novela vamos viendo los obstáculos que encuentra Agnes en el camino, cómo su entusiasmo inicial es reemplazado por una desesperanza total y, hasta llegaría a decir yo, el sufrimiento que padece en su trabajo. Se hace de algunos amigos (no muchos, creo que se cuentan con dos o tres dedos) pero en su mayoría vemos la actitud de sus jefes, que se creen superiores a todo mortal.
"Instintivamente nos sentimos inclinados a amar lo que nos proporciona placer, y ¿qué mayor placer que el de una cara bonita, al menos cuando no sabemos nada del daño que quien la posee puede hacernos?"
Voy a empezar hablando de las únicas dos cosas que no me gustaron, para luego terminar con las que sí. Primero, no me gustó mucho cómo caricaturiza y critica profundamente a las personas de clase alta y luego sobre los pobres dice todas cosas hermosas y bondadosas, como si todos los ricos fueran personas espantosas y todos los pobres sean personas honestas y honorables que simplemente sufren una situación que no se merecen mientras los ricos los tratan como menos que ratas. No dudo que hubo muchos casos en que esto fuera así, pero tampoco era el 100% de los casos y a mí la impresión que me causó fue que Agnes era una chica muy resentida con la sociedad y su situación.
Otra cosa que me molestó fueron las constantes reflexiones religiosas, aunque eso es bastante mi culpa. Es de entender que una hija de un pastor, que encima vive en una sociedad muy católica, haga reflexiones sobre la religión, la moral, la ética, las buenas costumbres, la honestidad, etc. Aún así, si hubieran sido hechas desde un ángulo más filosófico habrían sido más disfrutadas por mí. Llegó un momento en que me cansé de tanto amor a Él, y tantas citas de la biblia y lecciones morales a partir de lo que dicen los sacerdotes y la Iglesia.
Cuenta con un pequeño toque romántico al final, pero no se esperen una historia de amor breathtaking. Es más bien un agregado al estilo "y vivieron felices y comieron perdices" que nos deja sintiéndonos satisfechos de que al final Agnes consigue una recompensa por todos los sinsabores por los que tuvo que pasar.
Pese a todo eso que dije, en ningún momento la lectura se vuelve pesada gracias a una narración sensible, amena, con unos personajes bien desarrollados y unas tramas entre ellos que mantienen el interés. Es una novela encantadora y bien escrita que nos detalla la verdadera situación de las institutrices en la Inglaterra del siglo XIX.
4 estrellitas, ¡una victoria!
PD: estaba aburrida y me puse a sacarle fotos al libro en el patio de mi casa. Como me gustó cómo quedaron, les comparto dos ;)
Hola!!!
ResponderEliminarQue triste, por el tiempo no pude leer este libro para el Club pero seguramente será de mis próximas lecturas porque muero por leer algo de las hermanas Brontë, además suena interesante esta novela.
Que bueno que te haya gustado y sé q a que te refieres con lo de la religión, he leído libros así y son muy pesados, pero lo bueno que se compensó con todo lo demás.
Me gustó tu reseña.
Saludos!!!
¡Hola! no conocía este libro de las hermanas Brontë, me leí "Cumbres Borracosas" y tengo pendiente "Jane Eyre", pero este me ha ilusionado descubrirlo gracias a ti. Se que me va a encantar, me gustan los otros y toda esa época en la que estan ambientados.
ResponderEliminarMe encanta tu blog, asi que me tendras como seguidora :)
¡Un abrazo! desde: http://theperksofbeingmorethanareader.blogspot.com.es/
No lo conocía pero me gustaría leer más de las hermanas Brontë porque solo leí Cumbres Borrascosas y me encantó *-* Así que me lo apunto :P
ResponderEliminarUn beso!